Aunque se trata de una disciplina en alza desde principios del siglo XXI y con origen en la tradición espiritual oriental, todavía muchos se preguntan: ¿qué es el mindfulness? En este post, ¡trato de explicarlo de una manera sencilla y animarte a practicarlo!
¿Qué es el mindfulness o la conciencia plena?
Mindfulness significa conciencia plena o atención consciente. El término es una adaptación del sati o smrti budista, el primero de los 7 pasos para la iluminación. Conceptualmente, recibe influencias de las prácticas de meditación de diferentes ramas de la espiritualidad asiática.
Vale, ¿pero qué es? Mindfulness es la práctica de ser plenamente consciente de tu cuerpo, mente y sentimientos en el momento presente. El objetivo, además de la propia atención plena a lo que hacemos, es alcanzar un sentimiento de calma que nos acompañe en nuestra vida.
Dentro de las prácticas de meditación orientales o adaptado a Occidente, el mindfulness nos acompaña desde hace décadas. Sin embargo, ha sido en estos últimos años cuando se ha vivido una explosión de esta disciplina. ¿Por qué?
La respuesta es muy sencilla: cada día, vivimos rodeados de más estímulos, con un mayor estrés y con poco tiempo para pararnos a pensar y sentir. El mindfulness nos ayuda a hacer esa pausa y a darnos cuenta de que debemos centrarnos en las cosas que hacemos y dedicarle, al mínimo acto diario, toda nuestra atención.
¿Cuáles son los beneficios del mindfulness?
La práctica del mindfulness o conciencia plena aporta una serie de valiosos beneficios, entre los que podemos destacar:
- Reducción del estrés y la ansiedad.
- Aporta una sensación de bienestar y aumenta la energía.
- Ayuda a dormir mejor porque nos da herramientas para inducir el sueño y nuestra mente está calmada.
- Es un valioso aliado frente a la depresión y el dolor.
- Mejora la memoria y la atención.
- Desarrolla la empatía, la compasión y la inteligencia emocional.
- Aumenta la confianza y la resiliencia.
- Como vimos en este post, aplicado a la alimentación nos ayuda a mejorar la relación con la comida y a llevar una dieta saludable.
Pero, ¿cómo practicar mindfulness?
Todos los beneficios del mindfulness que hemos descrito permiten afirmar que la conciencia plena es un camino a una vida más feliz. Si no lo practicas ya, seguro que te preguntas, ¿por dónde empezar?
Los dos primeros pasos los he ido describiendo a lo largo del post: auto-observación y atención plena a todo lo que hacemos. Debemos entrenar la mente para que se centre en el presente, en todo lo que estamos viviendo en cada momento sin dejar que el pasado y el futuro nublen nuestras acciones o sentimientos.
Un ejercicio sencillo es detenerse, un momento, para pensar: ¿cómo me siento ahora? La exploración puede ser breve, pero es bueno fijarse tanto en las emociones como en un aspecto más físico, desde nuestra postura corporal hasta si notamos algún dolor.
Es recomendable hacer este ejercicio a lo largo del día en diversas ocasiones. La intención es ir rompiendo ese “piloto automático” con el que vivimos habitualmente. Como es algo sencillo, cuando lo vayamos integrando en la rutina puede ir haciéndose más complejo: intentar vernos desde una perspectiva exterior, hacer ejercicios de respiración o hacer paradas más largas que lleven a una meditación un poco más extensa.
Como puerta de entrada al mindfulness, también puede ser muy útil elegir una actividad rutinaria que realizaremos de manera consciente. La idea es que sea algo sencillo, que hagamos cada día para que no se nos olvide: lavarse los dientes, beber la infusión de media tarde o el paseo hacia la oficina. ¿Qué sientes al realizarla, qué perciben tus sentidos?
Practicar mindfulness no solo tiene múltiples beneficios por sí mismo, sino que resulta una manera sencilla y comprensible de adentrarse en la meditación o en las enseñanzas del budismo. Si te interesa seguir aprendiendo, ¡no dudes en preguntarme cualquier duda!
Respira, Enfoca, Medita, Siente.
Hasta la próxima.
Aum!