Es posible que la práctica de Shinrin – Yoku te suene desconocida. Sin embargo, los baños de bosque quizá te parecen más cercanos, ¿verdad? Esta actividad se ha popularizado desde su Japón natal hasta Corea del Sur, Finlandia y cada vez más países europeos.
Si quieres saber en qué consiste el Shinrin – Yoku y descubrir una meditación activa que podrás practicar en su máximo esplendor esta primavera, te lo cuento a continuación.
¿En qué consisten los baños de bosque?
La práctica de Shinrin – Yoku es relativamente reciente, ya que nació en 1982 impulsada por el gobierno japonés. Eso sí: su origen se entronca con las tradiciones sintoístas y budistas del país asiático, que otorgan al bosque un carácter prácticamente divino.
La traducción de Shinrin – Yoku vendría a significar dejarse envolver por la atmósfera del bosque o, en su traducción anglosajona, baños de bosque. Si tenemos en cuenta estos términos, ¡más o menos hayamos una primera introducción a la práctica!
Los baños de bosque son un tipo de meditación activa, como la que explicamos hace algunas semanas, pero va algo más allá del paseo consciente. ¿El motivo? Que se realiza en el bosque con los 5 sentidos bien atentos, lo que conecta esta práctica con el mindfulness.
¿Por qué la primavera es perfecta para los baños de bosque?
Al basarse en la percepción de nuestros sentidos, los baños de bosque son una experiencia aún más intensa en primavera, cuando la naturaleza está en plena efervescencia. ¿Cómo debemos realizarlos y qué debemos sentir?
- Respira: presta atención al olor de las plantas que te rodea. Las flores y el ambiente de renacimiento vegetal te envolverán.
- Escucha: el aire golpea en las hojas, los pequeños animales se desplazan y las aves cantan en búsqueda de sus parejas.
- Mira: los colores son los más vivos del año, con verdes intensos y toda la gama cromática que aportan las distintas flores.
- Toca: el bosque está lleno de texturas, desde la rugosidad de la corteza de los árboles hasta la hierba, hojas o tierra.
- Degusta: lleva contigo un té fresco o una infusión de menta para completar al máximo la experiencia.
Los baños de bosque tienen una duración de entre 30 minutos y 2 horas, ya que es necesario alejar la mente de cualquier distracción y sumergirse en la experiencia. Con este objetivo, está prohibido llevar el móvil, música o tener conversaciones con otras personas.
Las personas que viven en la ciudad y no pueden disfrutar de la naturaleza en estado puro, pueden aprovechar los parques o zonas verdes más grandes para realizar paseos conscientes y emular, en la medida de lo posible, esta práctica.
¿Qué beneficios tienen los baños de bosque?
Desde el surgimiento del Shinrin – Yoku, el gobierno de Japón lo considera un tipo de medicina tradicional y se ha introducido de tal manera en la sociedad que las empresas se lo ofrecen a sus ejecutivos para desconectar y alejarse del estrés.
El éxito de los baños de bosque se debe a sus beneficios, que cada vez reciben más atención de los científicos y que se pueden resumir en:
- Descenso de cortisol, hormona generada por el organismo como respuesta al estrés-
- Reducción de la actividad del nervio simpático.
- Disminución de la presión sanguínea y, con ello, del riesgo de infarto.
- La actividad del córtex prefontal (centrada en la planificación y la resolución de problemas) es sustituida por la de aquellas partes del cerebro que canalizan la emoción, empatía y el placer.
- Aumenta la creatividad y la memoria a corto plazo.
Por todos estos efectos, las personas alejan la ansiedad, pero no solo eso: ya hay estudios que afirman que se producen más glóbulos blancos encargados de combatir las infecciones y otras enfermedades al introducir este tipo de meditación en la rutina.
Los baños de bosque son un regreso a la naturaleza, hogar del ser humano en la mayor parte de su historia. En primavera es el mejor momento para recordarlo y experimentar una práctica llena de beneficios que notarás al instante. ¿Qué opinas, te animas a probarlo? Cuéntamelo.
Respira, Enfoca, Medita, Siente.
Hasta la próxima.
Aum!