Unos días atrás te hablé sobre los efectos positivos que tiene la meditación en tu día a día. Para ayudarte a entrar en este magnífico mundo, en esta ocasión me centraré en los cuencos tibetanos, un poderoso aliado que armoniza cuerpo y mente potenciando los beneficios de la meditación.
Origen de los cuencos tibetanos y características
Los cuencos tibetanos también reciben el nombre de campanas tibetanas o de cuencos cantores del Tíbet. Desde el primer milenio a.C. se utilizan en el conjunto del Himalaya y, de hecho, se tiene constancia de su existencia en vida de Siddharta Gautama, Buda (563-483 a.C.).
Durante siglos, los cuencos tibetanos son una pieza clave de los templos, monasterios o altares budistas de Nepal, India, China o Japón, pero actualmente se han extendido a todo el mundo por sus reconocidos poderes de armonía, relajación y meditación.
¿Cómo son los cuencos tibetanos? Generalmente tienen un tamaño de entre los 5 y los 35 centímetros de diámetro, por lo que pueden pesar desde pocos gramos a varios kilos.
Más importante es el material, aleación de metales, con el que se elaboran de manera artesanal. Depende del origen y de la religión u objetivo espiritual, pero generalmente se eligen 7 metales que se asocian a cuerpos celestes:
- Oro
- Plata
- Mercurio
- Estaño
- Plomo
- Hierro
- Cobre
En el caso del budismo, en consonancia con uno de los números místicos por excelencia, la aleación puede llegar a 12 metales.
Meditación con cuencos tibetanos: el principio de resonancia
Los cuencos tibetanos emiten sus mágicos sonidos al ser golpeados o frotados en los bordes. El resultado son vibrantes tonalidades que pueden recordarte a una campana y que varían según se utilicen mazos, maquetas u otros instrumentos.
El canto de los cuencos es un sonido armónico capaz de llevarte a un estado diferente a través de lo que se llama el “principio de resonancia”, ¡seguro que has oído hablar de ello!
Los efectos que tienen los cuencos tibetanos en nuestras mentes son resultado, también, del efecto físico de la propia vibración. Esta se transmite por todo lo que encuentra a su paso y al ser de gran intensidad es capaz de eliminar aquellas más bajas.
La alta vibración de los cuencos tibetanos es capaz de sincronizar los hemisferios cerebrales, lo que equilibra la mente y permite alcanzar un estado de paz ideal para la meditación.
De esta manera, la meditación con cuencos tibetanos es más intensa e incrementa sus beneficios. Por ejemplo, despierta la creatividad, aporta gran serenidad y da paso a una mayor relajación. Por estas razones, es una práctica espiritual muy recomendada para las personas que sufren insomnio o que son hiperactivas.
Si meditas con estos instrumentos milenarios obtendrás una vibración saludable a todos los niveles, ganarás en concentración, lograrás una mayor sensación de paz, serás capaz de conectar más fácilmente con tu yo interior y ahuyentarás sentimientos negativos.
Los beneficios de los cuencos tibetanos son muchos, como has podido ir viendo. De hecho, son instrumentos ampliamente utilizados en musicoterapia por sus potentes efectos curativos. ¿Te animas a incluirlos en tu próxima meditación?
Respira, Enfoca, Medita, Siente.
Hasta la próxima.
Aum!