Muchos de ustedes nos han preguntado sobre cual es la semilla con las que están hechas las Japa Malas. Esta es una muy buena pregunta, y una muy hermosa historia.
Cuenta una leyenda hindú que Shiva, el dios de todos los seres vivos, estaba en un profundo y prolongado estado de meditativo con los ojos abiertos, al cual entró después de vencer al demonio Tripura. Durante todo ese tiempo, su alma veló por el bienestar de todos los seres del Universo. Al despertar de su estado contemplativo, sus ojos derramaron una lágrima la cual cayó al suelo. Justo en ese lugar creció un árbol grande y hermoso que daba unos pequeños frutos de color azul. Los aldeanos empezaron a decir que esas eran las lágrimas de Shiva materializadas y desde ese momento lo veneraron con gran devoción y lo llamaron Rudraksha, que en sáncrito significa los ojos o lágrimas de Shiva, (combinación de las palabras Rudra “Shiva” y Aksha “ojos”).
Los antiguos ascetas del Himalaya, comían esos jugosos frutos azules de la Rudraksha, y lo llamaban la fruta del néctar. Podían sobrevivir solo con esa ingesta durante días.
El árbol de la Rudraksha, el Elaeocarpus ganitrus en su nombre científico, es de gran tamaño, y tiene hojas largas y anchas. Crece fácilmente en el Himalaya, la zona central del Nepal, en la llanura del Gange, y en Indonesia. Tambíen se puede conseguir en toda la franja de islas que van desde Nueva Guinea hasta Australia, así como en Guam y Hawai. El fruto dulce y azul que genera la Rudraksha, se convierte en marrón al secarse, y es con el que se hacen las Japa Malas.
Posteriormente, se descubrió, que las personas que usaban las Malas con frecuencia tenían paz y tranquilidad mental. De igual modo se sentían protegidos de las energías de baja vibración, lo que les favorecía la práctica espiritual de la meditación y el yoga. La medicina tradicional india lo incorporó dentro de sus tratamientos para sanar ciertas enfermedades.
Más recientemente, sobre los años 60, la semilla de la Rudraksha fue sometida a investigaciones científicas, y se determinó que tenían fuertes propiedades electromagnéticas y paramagnéticas que iban variando dependiendo del numero de caras que tenia la semilla (pueden tener entre 1 y 22 caras, aun cuando lo más normal es que la mayoría tengan 5 caras), Estas caras se llaman mukhas. Estas propiedades ayudan a la concentración, reducen el estrés y regulan la circulación sanguínea así como el ritmo cardíaco de quien las usa.
En definitiva, gracias a esta increíble semilla, el efecto inmediato que se genera en nuestros cuerpos es una actividad equilibrada y balanceada de la dopamina, neurotransmisor encargado de la funciones motoras del cuerpo y que además está relacionada con la expresión de las emociones. De igual modo también afecta positivamente la seratonina, que es la hormona que regula ciertas conductas y necesidades corporales.
Para los hindúes, la semilla sanadora de la rudraksha, es usada tradicionalmente para:
- regular la presión sanguínea
- controlar el estrés
- reducir la ansiedad.
- tener tranquilidad
- desarrollar la armonía interior
- mejorar la concentración
- aumentar la propia energía
- incrementar la prosperidad
- Protección de las influencias negativas.
Respira, Enfoca, Medita, Siente.
Hasta la próxima.
Aum