En anteriores posts, hemos hablado de diosas hindúes luminosas y compañeras inseparables de sus compañeros masculinos. En esta ocasión, nos centraremos en la oscura Dhumavati, una divinidad solitaria y envuelta de humo que nos enfrenta al vacío y al sufrimiento.
Dhumavati, sin embargo, nos aporta enseñanzas elementales para la vida y su figura es mucho más brillante de lo que parece en una primera impresión.
¿Quieres saber más sobre Dhumavati? Sigue leyendo.
Dhumavati, la encarnación de todos nuestros miedos
Dhumavati es la séptima Mahavidyas, un grupo de diez diosas tántricas de gran importancia en la corriente Sakti del hinduismo. Todas ellas son un avatar de Parvati y la primera de las Mahavidyas es Kali, la manifestación más temible de Durga. De todo ello te hablamos en este post.
El nombre de Dhumavati podría traducirse como “la que mora en el humo” o “la que está rodeada de humo”. Su figura en la mitología hinduista es una encarnación de todos los miedos que rodean a Devi, la Diosa Madre. Desde una visión occidental, se asimilaría a una Diosa de la Muerte e incluso a un espíritu de los antepasados.
A pesar de tener asociados los momentos más dolorosos de la existencia, como el dolor, la pérdida, la desesperanza o el vacío, Dhumavati puede contemplarse como una diosa positiva: la gran maestra capaz de revelar el conocimiento más profundo del universo.
Detrás de un aspecto que despierta nuestros miedos y del humo que la envuelve, esta diosa nos muestra lo que hay más allá de la superficialidad. Dhumavati se percibe como el vacío, dentro de lo onírico, la desmemoria y lo irreal; para los yoguis, sin embargo, se convierte en la energía que destruye los pensamientos, que permite meditar y alcanzar la liberación.
De esta manera, Dhumavati nos ayuda a enfrentarnos a lo que no queremos mirar. Si aceptamos sus enseñanzas, podemos superar la pérdida y los temores de la existencia gracias al desapego, la aceptación, la libertad y la trascendencia que existe detrás de la ilusión que representa el mundo físico.
Mito y representación de la diosa Dhumavati
Resulta complicado encontrar a esta diosa fuera del grupo de Mahavidyas. Aunque se la asocia con otras divinidades previas, su figura resulta única dentro del panteón hinduista. Para explicar su origen, hay dos mitos principales:
- Satí, hija de Daksha, fue la primera consorte de Shiva. La pareja no contaba con el beneplácito de Daksha, que se opuso a su boda. Ante esta situación, Satí se inmola en una pira funeraria: el humo, fruto de la desesperación de la mujer, genera a Dhumavati.
- El hambre inconmensurable de Satí la obliga a tragarse a Shiva. Ante la petición del dios, Satí lo expulsa y Shiva se venga de ella con la maldición de quedar convertida en una viuda: Dhumavati.
Dhumavati funciona como la antítesis de Laksmí, diosa de la prosperidad, de la que hablamos en este post. En este caso, estamos ante la diosa que surge de la destrucción del mundo, de su humo y cenizas: es la gran disolución, donde no hay divisiones, el conocimiento final.
A través del sufrimiento y lo negativo de la vida, se convierte en una maestra capaz de enseñar virtudes como la paciencia, la persistencia, el perdón y el desapego.
La representación de Dhumavati es la de una mujer solitaria muy delgada, de rasgos poco amables y estropeados por la vida, carente de salud, de cabellos alborotados y pálida, aunque también hay dibujos en los que aparece con piel muy oscura debido a la ceniza del fuego destructor. El aspecto siempre resulta aterrador y transmite cierta maldad.
Dhumavati no lleva ningún tipo de adorno y sus ropajes están raídos. Destacan sus temblorosas manos: en una suele llevar una cesta agujereada que permite juzgar lo fugaz de lo esencial, con la otra realiza el mudra del conocimiento.
Otro aspecto clave de la diosa es que va montada sobre un carro que se desplaza solo, sin nada que tire de él. Va siempre acompañada de cuervos y, en ocasiones, aparecen estos pájaros que representan malos presagios tirando del carro. También puede ocurrir que se transporte sobre los cuervos.
Dhumavati, con su figura envejecida y la soledad a la que ha sido condenada por Shiva, es un símbolo de lo permanente, de lo esencial y el presente eterno. Su apariencia nos sirve para recordar que la belleza, lo superficial y el éxito externo ni significan ni valen nada.
Un mantra de Dhumavati para vencer el sufrimiento y aceptar la pérdida
Dhumavati es una diosa que recoge todos los miedos y todo aquello que no queremos ver en nuestro día a día: la fealdad, la enfermedad, la pérdida, la muerte, el vacío. Sin embargo, nos ayuda a aceptar todos estos aspectos y a comprender la existencia más allá de la simple apariencia.
Existen muchos mantras y cantos para la diosa, pero en Aumjoia hemos elegido este:
Om Dhum Dhum Dhumavati Namo Namaha
Se trata de una invocación “a la gran madre de todos” con la que se crea un escudo que ayuda a limpiar la mente, dejar atrás lo superificial y alcanzar una meditación profunda que lleva la mente al vacío que la diosa representa.
Este mantra se utiliza también para lograr vencer a nuestros mayores enemigos: los miedos que nos impiden vivir y ver lo verdaderamente esencial.
Para realizar la meditación dedicada a Dhumavati, una buena opción es acompañarse del poder de la Japa Mala Sahasrara, que enfoca la acción hacia el séptimo chakra, el que más nos ayuda a conectar con nuestro ser espiritual. Incluye un potente incienso: la diosa recibe con agrado los ofrecimientos que generan humo intenso.
Si quieres meditar y cantar este mantra de Dhumavati, te mostramos un vídeo a continuación para utilizarlo como guía.
Respira, Enfoca, Medita, Siente.
Hasta la próxima.
Aum!