Cuando el verano estaba en su punto álgido, recopilé cinco rutinas y cinco alimentos para depurar el organismo durante la estación. Pero, ¿sabías que cuerpo y mente deben estar bien preparados para el otoño?
El Equinoccio de Otoño es un importante momento de cambio, con el día y la noche igualando su duración. A partir de entonces, la noche gana al día y se produce un descenso (en temperatura y en todos los niveles) hacia el invierno.
La reducción de horas de luz y el frío provocan evidentes cambios en el paisaje que nos rodea, pero también en nuestro cuerpo: ¿verdad que has notado que se cae más el cabello o la piel con mayor sequedad? De hecho, la medicina tradicional china explica cómo se produce un cambio del yang hacia el yin, pasando de una energía más extrovertida a una más introvertida.
Además, y por todo ello, otoño es una época en que estamos más tristes, con menos energía. Si a esto sumamos la vuelta a la rutina y el final de las vacaciones, de estar todo el día fuera de casa o sintiendo una mayor relajación, ¡desde luego que se nota!
Consejos para preparar cuerpo y mente este otoño
El otoño está considerada una estación ideal para depurar el organismo según las tradiciones medicinales asiáticas. Esto se debe al calor acumulado durante el verano, que provoca una pérdida continuada de agua y sales que provoca una mayor concentración de toxinas.
Aprovecha el cambio de temperatura para sustituir las bebidas frías por infusiones. ¿Alguna en especial? Una de las más potentes y recomendables para el otoño es el té con jengibre y canela.
Lo mejor es prepararlo tú en casa de manera natural, sin necesidad de bolsitas. Hierve agua, corta tres o cuatro dados de jengibre fresco, agrega un palito de canela, un chorro de limón y deja infusionar. Puedes añadir las hojas de té e incluso un poco de miel a tu gusto.
Cada temporada tiene productos y recetas propias, pero otoño es una de las estaciones en que más se deben seguir, ya que el cuerpo necesita ganar energía y hacer frente al frío que está por llegar.
Aprovecha la vuelta a la normalidad para incorporar huecos para cocinar, tranquilamente, a tu rutina. Realiza elaboraciones más lentas, que incluyan verduras al vapor, tubérculos, cereales integrales, guisos o currys dulces.
Tan importante como lo que ingerimos es lo que no tomamos: llegado septiembre, sería ideal apartar la cafeína, el alcohol, las especias picantes, el exceso de sal y los azúcares refinados.
Un aspecto clave para llevar mejor el cambio de estación es el sueño. Escucha a tu cuerpo y descansa todas las horas que necesites. Crea nuevos hábitos e intenta irte a dormir más temprano, para lo que puedes aprovechar un anochecer que llega cada día antes.
De la misma manera, otoño nos pide mayor relajación en nuestras actividades y en la manera en que afrontamos los retos. Es fundamental mantenernos conectados a nosotros mismos y para ello cuentas con dos grandes aliados: la meditación y el yoga.
Vuelve a ese espacio de tu hogar en el que te encuentras a gusto, tal y como te explicamos en este post que te recomiendo recuperar. Siéntate de manera correcta, haz ejercicios de respiración y busca en tu interior.
El yoga, por su parte, es una actividad física ideal para el otoño. No supone un gran desgaste inicial, por lo que se acomoda a ese ritmo más bajo propio de la estación, pero nos permite ganar fortaleza y cargar las pilas para afrontar la rutina con más energía.
En septiembre, además, es un momento en que se reinician las actividades en los centros especializados en yoga y meditación, gimnasios o centros cívicos. ¿Por qué no lanzarse y apuntarse, al fin, a ese grupo de yoga al que tenías echado el ojo?
En todo caso, un último consejo: otoño es una estación que debemos tomarnos con calma. No te obligues a seguir agendas estrictas y te pongas obligaciones que no puedas alcanzar. Escucha lo que tu cuerpo y tu mente tienen que decirte.
Respira, Enfoca, Medita, Siente.
Hasta la próxima.
Aum!