Basta una mirada al cielo para comprobar que su inmensidad no deja indiferente a nadie. De hecho, ¿quién no se ha sentido en alguna ocasión hechizado por nuestro astro rey, el Sol, o por esa guardiana nocturna, la Luna, que parece velar por nuestros sueños?
Pues bien, en estas líneas, vamos a ver con detalle cuál es la influencia que nuestro satélite tiene en nuestras gemas y cómo potenciarlas con los ciclos lunares. Unas gemas que vamos a poder cargar y que vamos a poder estabilizar de nuevo para que nos ofrezcan todo su potencial.
¿Por qué son importantes los ciclos lunares para nuestras gemas?
La influencia de la Luna en nuestro día a día es algo que no se puede negar. Tal es así que las mareas que todos conocemos se forman gracias a ella. Sin embargo, la Luna, en todos y cada uno de sus ciclos, tiene una capacidad de influencia mucho mayor de la que podamos llegar a imaginar.
Un poder que tiene su máxima expresión cuando el ciclo se corresponde con el de la Luna llena. Un momento clave en el que no son pocas las tradiciones las que han aprovechado para asociarlo a la fertilidad, entre otras cosas. De ahí su poder y de ahí la utilidad que tiene para con nuestras gemas.
¿Cómo recargar nuestras gemas gracias al poder de la Luna llena?
La claridad y la energía vibracional que desprende la Luna en esta fase tan concreta nos va a ayudar a que la vitalidad, si es que se puede decir así, y la energía de nuestras gemas vuelva a su estado original. Un proceso que podemos dividir en varias fases tal y como vamos a ver a continuación.
La fase de la purificación
Si hay una sustancia, una mezcla, que podemos utilizar sin lugar a dudas para limpiar la energía esta es la que combina el agua con la sal. Pues bien, cuando la Luna esté llena, prepararemos un recipiente en el que la sal y el líquido elemento estén presentes. A la hora de elegir la sal no habrá ninguna preferencia en concreto aunque si es sal marina los efectos se verán potenciados.
La fase de la energización
Una vez que tengamos esta mezcla preparada es el momento de seleccionar aquellas gemas que sepamos que tienen unos niveles de energía más bajos. Tras realizar la selección las sumergiremos en la solución acuosa salina que hemos preparado.
No obstante, con el objetivo de potenciar aún más el efecto de esta mezcla, en el interior del bol vamos a poder incorporar algunos cristales de cuarzo o drusas. Estas gemas, junto con estos cristales, tendrán que estar reposando durante toda la noche.
La fase de la consagración
Una vez que haya terminado la noche, tendremos que recoger las gemas que hemos sumergido y proceder a su secado. Este secado tendrá que hacerse con mucha delicadeza. Para ello nada mejor que hacer uso de un paño de algodón natural o de lino. No tardarás en comprobar y en observar que las gemas tienen una luz totalmente renovada en todos los sentidos.
Para completar el efecto de todo este proceso, y tras el secado de las gemas, puedes prender algo de incienso y mediante un sencillo ritual de energía positiva, realizar círculos alrededor de las misma. Este incienso puede ser, por ejemplo, el de Palo Santo. De este modo estarás realizando una consagración de las gemas mucho más completa de lo que cabría esperar en un principio.
Si bien es cierto que todas y cada una de nuestras gemas se van a ver purificadas y beneficiadas por este proceso, hay que decir que hay una que es la que más beneficios puede obtener. Nos estamos refiriendo, como no puede ser de otro modo, a la que se conoce como la Piedra Luna. Y es que gracias a todos estos pasos que acabamos de describir la vas a poder tener lista de nuevo para aquellos rituales que quieras hacer en los próximos días.
Por todo ello te recomendamos que anotes en tu calendario la próxima Luna llena para que puedas seguir estas pautas y revitalizar aquellas gemas que hayas notado que sus efectos se han visto debilitados por distintos motivos. El éxito está garantizado.
Si quieres aprender más sobre la limpieza de gemas, no te pierdas este post sobre cómo limpiar las piedras y gemas energéticas.
Respira, enfoca, medita, sé. ॐ