Cómo incluir la meditación en tu día a día

Cómo incluir la meditación en tu día a día

Bien es sabido que la meditación limpia y nutre la mente calmando las emociones negativas. Expertos aseguran que una meditación diaria de 20 minutos ayuda a mejorar la estabilidad emocional al mismo tiempo que se incrementa la creatividad e incluso se mejora la concentración. Y es que, realizar meditación nos hace ser conscientes de que nuestra actitud personal determina nuestro grado de felicidad.

Por ello, la meditación produce un estado de relajamiento profundo que se traduce en una mente tranquila y en paz. Durante la meditación concentras tu atención en eliminar el flujo de pensamientos confusos que pueden estar llenando tu mente y provocándote estrés.

¿Qué es la meditación?

La meditación puede definirse como un entrenamiento para la mente y el corazón que una vez incorporada en tu rutina ofrece una mayor libertad emocional. Por norma general, la mayoría de la sociedad asocia meditar con tradiciones budistas, pero la realidad es que existen variaciones por cada ideología cristiana, o incluso técnicas de meditación que solo quieren conseguir la paz mental aprendiendo a conducir las preocupaciones diarias.

Incluir la meditación en tu día a día te ayuda a reducir los efectos del estrés, aumentar la capacidad de concentración y atención, mejorar la memoria y sus funciones cognitivas, promover los pensamientos positivos y aumentar la tolerancia del dolor.

Cómo incluir la meditación en tu día a día

La meditación puede ser de mucha ayuda si buscas un cambio. Está demostrado que esta disciplina reduce la tensión muscular, disminuye la presión sanguínea y tiene un efecto positivo en el ritmo cardíaco, en la respiración y en las propias ondas cerebrales.

A priori, convertir la meditación en tu rutina diaria puede ser un reto complicado, porque no siempre se dispone del tiempo deseado, pero una vez se consigue tendrás beneficios visibles en poco tiempo.

Los beneficios de la meditación van mucho más allá de lo subjetivo y lo emocional y es por ello que una de sus principales prácticas está enfocada a la reducción de estrés. Este estrés hace que el organismo produzca altos niveles de cortisol una hormona que en exceso crea procesos inflamatorios que producen dolores musculares, de cabeza, de pecho y malestar emocional, además de insomnio y ansiedad. Por ello, la meditación es imprescindible para lidiar con este tipo de problemas.

Medita de forma diaria

Conociendo las ventajas de practicar la meditación es necesario que empiezas a practicar esta técnica cada día. Para ello, a continuación exponemos varios trucos para que incluir la meditación en tu día a día sea una tarea sencilla.

Sé realista con las expectativas

No es necesario dedicar más tiempo del que tienes disponible. Expertos recomiendan empezar con dos minutos diarios con el objetivo a corto plazo de aumentarlo a cinco minutos. Conforme avance el tiempo y los beneficios sean visibles será más fácil sacar tiempo para la meditación.

No obstante, cuanto mayor tiempo dediques mayores serán los resultados en menor tiempo. De todos modos, tú decides como realizar tu meditación, una vez al día o incluso dos sesiones diarias de menor tiempo.

Busca tu tiempo libre al día

Para convertir la meditación en un hábito lo deseado es encontrar un momento preciso del día en el que sepas que tienes siempre o casi siempre tiempo libre. Lo normal suele ser por las mañanas, porque ayudas a despertar los sentidos y preparas el cuerpo y la menta para el resto del día. No obstante, cualquier momento es bueno. Además puedes usar algún elemento que te ayude.

 

Escoge un sitio accesible

Necesitas encontrar un lugar tranquilo donde no haya ruidos ni distracciones. El lugar en sí es indiferente, lo importante es que en ese espacio no haya nada externo que desvíe tu concentración. Es conveniente dejar los dispositivos móviles alejados durante la meditación.

De igual modo, debes tener una posición correcta para que tu cuerpo se sienta cómodo y se mantenga por sí mismo sin ningún tipo de molestia. Se puede meditar hasta caminando.

Una vez decidido cuál es el lugar que mejor encaja en tu meditación se debe practicar esta técnica siempre en él. Al fin y al cabo pretendes crear un hábito y como en el resto de acciones rutinarias cada actividad siempre se realiza en el mismo lugar.

 

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